Que preciosa eres y que afortunados somos ser hijos tuyos,
El primer amanecer que vimos fue el tuyo, el primer aire que respiramos y las primeras
estrellas
que observamos en el
bosque,
entre los
robles
y los pinos,
y el cantar del
coquí.
No puedo dejarte, preciosa, no puedo olvidarte, no puedo abandonarte.
No hay orgullo más grande que ser de aquí y pertenecer a
a ti.
Te apreciamos, te pensamos, te lloramos y por ti luchamos junto a nuestros
hermanos.
No puedo dejarte, preciosa, no puedo olvidarte, no puedo abandonarte.
Un día no muy lejano bailaremos y festejaremos a la orilla de tus playas cuando todos aprendamos
a valorar tu amor.
Hoy y por siempre seras nuestra preciosa.
No puedo dejarte, no puedo olvidarte, no puedo abandonarte.